“Chiquito fue una inspiración para el Procés”, afirma Forcadell tras su salida de Alcalá Meco

La ex presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, abandonó el pasado viernes la prisión madrileña de Alcalá Meco, tras acatar el art. 155 de la Constitución y dar grandes vivas a España y a Chiquito de la Calzada. El día anterior, en su declaración ante el Tribunal Supremo, parece ser que la  dirigente independentista había estado chiquiteando espasmódicamente por toda la sala mientras exclamaba: “¿Te dah cuen…? ¡Por la gloria de mi madre, yo sus digo a ustedes que la declaración de independencia ha sido nada más que simbólicarrr… Jarl…!”, con un sentimiento tal que no pudo dejar de influir en la decisión de los Magistrados de decretar su libertad bajo fianza.

Posteriormente, y tras conocer la muerte del humorista, una Forcadell visiblemente afectada –o quizá no, porque en realidad siempre tiene la misma cara de estar sufriendo úlcera de duodeno– declaró que Chiquito de la Calzada había sido desde el principio una de las principales referencias ideológicas para el Procés. “Sin su ejemplo, nunca habríamos llegado tan lejos. Él nos demostró que se podía llegar a fascinar a grandes multitudes a base de tonterías sin sentido, tal como estamos haciendo nosotros desde hace por lo menos cinco años. Era un crack, ¡qué tío!”

Forcadell no asistió a la manifestación independentista del sábado, quizá para evitar que le espetaran “¡Cobarde… fistro de pecador!”

Por otra parte, al día siguiente se celebró en Barcelona otra de las ya habituales espontáneas manifestaciones populares de adhesión al Régimen a las que nos tiene acostumbrados el Procés –con gran aparato de escenarios, focos, orquesta sinfónica en directo, y retransmisión de TV3 para todas las corresponsalías del mundo mundial–, en la que se pidió la liberación de Junqueras, los Jordis, y el resto de los presos políticos que siguen en prisión provisional por los presuntos de sedición, rebelión y malversación de fondos públicos.

Y, aunque una vez más ANC y Òdium Cultural vaciaron los pueblos de Osona, Berguedà y el resto de la Cataluña profunda –movilizando para ello más de 900 autocares pagados, como siempre, a base de las generosas subvenciones que reciben por su inestimable contribución en favor de la democracia y de la cultura catalana–, en esta ocasión no ha sido posible ver entre los manifestantes a la honorable tieta Forcadell; quizá por recomendación y consejo de sus abogados, o quizá por evitar que alguien desde el público le espetara: “¡¡Cobarde… Fistra de pecador!!”

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