“Era el hombre de mi vida… Con su cresta, con sus piercings, con sus tatoos… Quién diría que era un madero.”
Querida señorita Francis:
Soy una honrada activista antipatriarcal y anticapitalista, y hoy me siento ultrajada y herida.
Hace poco conocí a un chico que me pareció el hombre de mi vida: con su cresta, con sus piercings, con sus tatoos antisistema y sus camisetas llenas de slogans anarquistas y subversivos… Un auténtico príncipe azul, un sueño hecho realidad, una maravilla de hombre hecha carne, hueso y ferroníquel pulimentado.
Si lo hubieses visto cómo hablaba en las asambleas, con qué soltura hacía rular el porro en las trobades antifascistas con las compañeras de la CUP y de los CDRs… Era siempre el más entusiasta a la hora de cortar la Meridiana y fastidiar a los vecinos pidiendo amnistía para los presos políticos. Y, cuando lo del Pablo Hasél, era el que con más mala leche tiraba adoquines a los gossos d’esquadra en la plaza Urquinaona.
Pero resultó que todo era mentira. Al cabo de un tiempo desapareció de mi vida, y luego me enteré de que era un madero infiltrado, un espía de los aparatos represores del Estado español patriarcal y fascista… Dios, jamás me he sentido tan sucia, tan deshonrada, tan escocida, y no sólo en la entrepierna. No podía creérmelo, era como si estuviese teniendo un mal viaje por un tripi adulterado, o como si la ayahuasca de por la mañana me la hubiese pasado mi peor enemigo.
Por esto le pido consejo y pongo mi caso en sus manos, además de en las de las compañeras abogadas que combaten desde dentro el sistema patriarcal y opresivo, que van a denunciar al piolín de mierda ese por abusos sexuales, revelación de secretos, usurpación de personalidad y violencia machista. Porque necesito de sus sabias palabras de estímulo y consuelo.
Queda, afectísima,
Cupaire Ultrajada.
Espero que en lo sucesivo circunscriba sus relaciones sexoafectivas a su círculo de compañeras feministas. ¿Quién conoce mejor el cuerpo y el alma de una mujer que otra mujer, y a quién no le va a importar si no llevamos las piernas depiladas?
Respuesta:
Queridísima Cupaire:
Leo sus palabras y no puedo sino menear sentenciosamente la cabeza, en señal de comprensiva y maternal desaprobación por lo atolondrado de su comportamiento.
Sabido es que de los machos no hay ni uno bueno, y que el mejor debería estar colgado y con las tripas asomando como aviso a navegantes desprevenidas e ingenuas, como ha sido su caso, querida amiga. En lo sucesivo, espero de su prudencia y cordura que circunscriba sus relaciones sexoafectivas a su círculo más cercano de compañeras feministas y empoderadas, que son las únicas que deberían merecer su confianza. ¿Quién conoce mejor el cuerpo y el alma de una mujer que otra mujer, y a quién sino a otra mujer no le va a importar si llevamos o no las piernas depiladas?
Por otra parte, y para que vea que no soy tan dura, deseo también darle ánimos y recordarle que estas aciagas pruebas a las que nos somete el destino nunca caen en saco roto, sino que son el precio que hemos de pagar por nuestro compromiso con la causa de unos Països Catalans independientes, libres del oscuro dominio del Estado español patriarcal y capitalista. Y, en la futura Cataluña triunfante, rica y plena, sin duda se venerará su imagen y la de tantas otras compañeras víctimas de la violencia patriarcal del Estado como si de modernas Juanas de Arco se tratara, con ofrendas anuales de coronas de rosas rojas entreveradas de aliagas y cardos borriqueros al lado de la estatua de Rafael de Casanova en la Ronda de Sant Pere.
Es más: yo personalmente pienso solicitar al Ayuntamiento de Barcelona que sustituya la estatua de Rafael de Casanova por otra, colectiva, en honor a las militantes antifascistas deshonradas por el sistema patriarcal, policial y opresivo. Porque el tal Rafita, vale que sería un mártir y un héroe de la Patria, pero no dejaba de ser también un machirulo y la espada que lleva en la mano tiene toda la pinta de un símbolo fálico y patriarcal-opresivo, porque a su mujer a saber cómo la tendría en su casa, vete tú a fiar de esos que se las dan de feministas y de progres, que luego son los peores. Aunque, para que mi propuesta prospere, espero que las próximas elecciones municipales no las ganen los botiflers de Esquerra Republicana de Catalunya, porque el Tete Maragall no tiene cara de joven luchadora anarcofeminista precisamente, sino más bien de pollavieja carcamal y amargado, y seguro que vende Barcelona al Estado a cambio de un tripartito cualquiera o de un triste plato de lentejas.
Suya,
Helena Bonham-Carter Francis de Puigdemont i Ferrusola.
Muy divertido
Me parece muy gracioso. Me he reído mucho.
¿Le parece a usted graciosa, la triste historia de esta pobre chica deshonrada, mancillada, y condenada a un destino peor que la muerte…? Hay que ver qué poca sensibilidad tenemos…