“Me invitó la ANC y yo le dije que sí, es lógico: Cataluña, el 11 de septiembre, me recuerda mucho a mis país”
La Diada de este año será especial por varios motivos. En primer lugar, porque destacados dirigentes como Albano Dante Fachín, secretario general de Podemos en Cataluña, y Ada Colau, líder de Bcn en Comú, asistirán a la manifestación que cada 11 de septiembre y desde hace varios años, reivindica la independencia de Cataluña. Algo inédito, pues ambas formaciones se han caracterizado siempre por nadar entre dos aguas, con una calculada ambigüedad: se muestran a favor del llamado “derecho a decidir”, pero sin pronunciarse abiertamente como independentistas.
Pero aún hay más. Hay una novedad que los medios de comunicación han pasado por alto y que promete ser noticia de primer plana: El líder norcoreano Kim Jong-Un, por invitación expresa de la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), supervisará los actos y manifestaciones que esta entidad organizará el 11 de septiembre en diversos puntos de la geografía catalana, incluyendo la manifestación de Barcelona. “Nos dirigimos a él a través de su contacto natural, Alejandro Cao de Benós” -confiesa Jordi Sànchez, presidente de la ANC- “Cao de Benós es el representante de Corea del Norte en sus relaciones con Occidente, y además es catalán, de Tarragona. Hubo, por tanto, sintonía con aquel país desde el primer momento”. Y añade: “Nos dirigimos al líder norcoreano, no sólo por su probada experiencia en eventos de movilización de masas, sino también porque consideramos que entre su país y el nuestro existen muchos puntos de conexión: para empezar, la completa identificación que existe entre su pueblo y él, que a aquí se da entre el pueblo catalán y el Procés; una identificación que se traduce en impresionantes movilizaciones de masas, con coreografías perfectamente cuidadas y planificadas; movilizaciones que hacen realidad, siquiera por un día, la ansiada unanimidad, sin dudas, sin titubeos, sin críticos, sin disidentes, en la que Catalunya, por fin, piensa con una sola cabeza pero, sobre todo, late con un solo corazón. Esa unanimidad la hemos visto, qué digo, la hemos sentido en Corea del Norte”, finalizó Sànchez, visiblemente emocionado.
El líder norcoreano, por su parte, dijo sentirse “honrado” al aceptar la invitación para supervisar los actos que organizará la ANC. Una labor ardua, sin duda, pues supone la gestión de la logística propia de estos eventos, como la coordinación de miles de voluntarios, del material propagandístico, de las relaciones con los medios de comunicación, etc. Sin embargo, Kim Jong-Un se mostró “confiado” en salir airoso de este “desafío”: “Me educaron para ser el Gran Timonel, para movilizar a las masas. Nadie, por tanto, ha de temer un traspié o un desliz en la organización. Pobre del que lo cometa”. Y de paso, dedicó sentidos elogios al Procés: “Lo sigo con viva curiosidad desde mi país. Se trata, sin duda, de una Revolución de abajo a arriba, como la de Corea del Norte, en la que el pueblo es quien hace sentir su voz, obligando a una clase política cobarde a avanzar, a romper límites y ataduras”. Y finalizó de este modo: “En Cataluña, el 11 de septiembre, me siento como en casa. Me recuerda mucho a mi país. En la calle, las masas concienciadas y en perfecta disciplina, cívicas, sonrientes. Y todo ello ante los ojos vigilantes y alertas de sus líderes, que sin dudarlo las pastorearán hasta el objetivo final. No hay duda, señores, Cataluña es un gran país”.
“No está garantizada su presencia física en los actos, ya nos gustaría, pero su mano en la organización dejará impronta” matizó Jordi Sànchez