Tras la muerte de una anciana por falta de suministro eléctrico, el PP rectifica su política y prepara una ley contra la Pobreza Energética
Puede que en breve la frase “la Luz cuesta un riñón” deje de ser una metáfora. Tras tumbar sistemáticamente todas las iniciativas legislativas que las autonomías han venido aprobando contra la Pobreza Energética, y ante el dramático caso de Rosa Pitarch Vicente, la anciana de 81 años de Reus (Tarragona), fallecida recientemente al incendiarse su casa por utilizar velas, debido a llevar dos meses de corte de suministro eléctrico, el PP ha decidido ponerse las pilas (nunca mejor dicho). Concretamente, el ejecutivo presidido por Mariano Rajoy (en la foto, visiblemente preocupado por el tema de la Pobreza Energética), prepara una ley que será pionera en todo el mundo occidental: ¿Bonificaciones, descuentos, aplazamientos de pago para los ciudadanos que no pueden pagar la factura de la luz? Quite, hombre, quite, no me sea usted antiguo. La nueva norma ofrece al sufrido cliente de las Eléctricas un medio eficaz, rápido y seguro de pagar la factura: ¿Qué no tiene usted dinero? No pasa nada. ¿Que no tiene usted propiedades? No son necesarias. ¿Que no tiene usted avalista? Ni falta que hace. El ciudadano vulnerable y desestructurado podrá pagar cómodamente utilizando algo que tiene absolutamente a mano y que además es…gratis. En efecto, la ley, que se conoce ya como Ley Shylock -el usurero de la inmortal obra de Shakespeare El Mercader de Venecia, que reclamaba una libra de carne a quien no pagaba sus préstamos- permitirá al sufrido contribuyente pagar su factura de la luz cediendo a las Eléctricas sus propios órganos. Un ejemplo: si el importe del consumo es de hasta cien euros (cifra por desgracia bastante habitual), bastará con ceder a la compañía un riñón (izquierdo o derecho, a voluntad). Marcando el número gratuito 666, acudirá un operario quirúrgico, quien de manera rápida e indolora le extraerá el órgano. Sin moverse del domicilio. Si el monto oscila entre 100 y 300 euros, la deuda se satisfará mediante la cesión de un riñón y un ojo (de ahí la famosa frase “esto cuesta un ojo de la cara”). Y si la deuda supera los 300 euros, la Eléctrica podrá exigirle, aparte del riñón y el ojo, alguno de los siguientes órganos: extremidades, amígdalas, etc. Posteriormente, las Eléctricas comercializarán los órganos en los habituales circuitos internacionales de tráfico de este tipo de objetos, obteniendo pingües beneficios. Y todos contentos. Fuentes del PP han subrayado que la ley ha sido “considerablemente suavizada” respecto al redactado original: “El texto final es mucho más humano” –afirmó Soraya Sáenz de Santamaría- “porque se eliminó la posibilidad, en los órganos dobles (riñones, ojos, extremidades), de ceder el par entero. Sólo se admitirán cesiones impares: un ojo, un riñón, una pierna, etc. Esto permitirá llevar al cliente una vida normal, como la que venía teniendo hasta ahora, evitando así situaciones vitales graves (ceguera, invalidez total, etc.) Es una prueba más del talante dialogante del nuevo gobierno”. La oposición, sin embargo, ha criticado la nueva norma por su carácter “evidentemente limitado” “Cuando se me acaben los órganos” –señaló visiblemente enfadado Pablo Iglesias- “¿qué hago? ¿Me cargo al vecino? Seguro que la Casta conservará los dos ojos”.