Esta autonomía es una ruina

Si hubiese que elegir una frase para describir a Cataluña tendríamos que recurrir a Hollywood y llamarla, como aquella película protagonizada por Tom Hanks, Esta autonomía es una ruina. En efecto: Cataluña es hoy un territorio con miles de parados y desahuciados, donde hasta hace poco los farmacéuticos las pasaban canutas para poder cobrar y que a menudo debe recurrir al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para lograr sobrevivir.

Por estas razones, y quizás espoleada por la tragedia de Rosa Pitarch Vicente, la anciana de 81 años residente en Reus (Tarragona) que hace poco falleció tras habérsele cortado la luz durante dos meses, la coalición gobernante (Junts pel Sí) ha decidido dar un giro copernicano a su política y volcarse con los menos pudientes. El president Carles Puigdemont acaba de anunciar que en el proyecto de Presupuestos que va a presentar al Parlamento catalán, se destinará una partida de nada menos que seis millones de euros a convocar el tantas veces anunciado referéndum de autodeterminación de Cataluña. Poca broma: para los despistados hemos de aclarar que seis millones de euros equivalen a casi 1.000 millones de las antiguas pesetas. Una cantidad nada despreciable.

¿Qué donde está el “giro copernicano” hacia los más pobres? Puigdemont lo argumenta así: “Para empezar, se crearán numerosos empleos directos e indirectos. ¿Que serán temporales? Sin duda alguna. Pero al menos es trabajo, y no seré yo quien le haga ascos a la posibilidad de que la gente pueda trabajar”. Y a continuación desgranó los distintos puestos que generará la consulta soberanista: “Fabricación de urnas; transporte y vigilancia de las mismas; confección de cartelería, flyers, dípticos y todo tipo de publicidad destinada a difundir el evento, etc. etc.” “En consecuencia” -remachó- “no podrán decir de nosotros los independentistas que no tenemos inquietudes sociales”.

Pero además, consciente de que muchas familias catalanas están al borde de la pobreza y la exclusión, anunció una “primicia mundial”: el Referéndum catalán será el primero en la Historia que, literalmente, ayude a mitigar el hambre: “Las urnas estarán confeccionadas con pasta de arroz prensada, así como los sobres y las papeletas. De tal manera que, una vez concluido el escrutinio, aquellos votantes en situación de extrema carencia podrán ingerir alimento tras la larga jornada electoral. Eso sí: habrá que empujarla con algo de bebida (agua, vino o gaseosa) que, por supuesto, correrá a cargo de la Generalitat”. Y adelantándose a las previsibles críticas desde el bando “unionista” o “españolista”, aclaró que “la pasta de arroz es un alimento saludable y ligero, consumido en Asia desde tiempos inmemoriales. Y ello no ha sido obstáculo para que los chinos se erijan en potencia mundial”. Y finalizó su alegato con un toque de humor, muy catalán eso sí, producto de la euforia por haber anunciado el primer “Referéndum Nutricio” de la Historia: “Será la primera ocasión en que los españolistas no sólo tendrán que aceptar los resultados de un referéndum de autodeterminación para Cataluña sino que, además, tendrán que comérselos. ¡Literalmente!”. Y concluyó sus palabras con un premonitorio Bon Profit! (“¡Buen Provecho!”, en catalán).

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