“El 1 de octubre, Junqueras y yo nos pondremos el tricornio y gritaremos bien fuerte: ¡Al suelo todo el mundo!”
El president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, sorprendió el pasado lunes 19 de junio a propios y extraños al comparar al procés sobiranista que se vive actualmente en Cataluña con la lucha de la sociedad española contra el terrorismo de ETA, coincidiendo con el aniversario del atentado de Hipercor, ocurrido hace ahora treinta años. Puigdemont afirmó, en palabras textuales, que la sociedad catalana debía ser “tan perseverante” en su lucha contra las dificultades y obstáculos que el gobierno español está poniendo al camino de Cataluña hacia su independencia, como se había sido frente al terrorismo etarra en los años de su mayor virulencia. «Si no hubiera sido por la persistencia, este combate contra ETA no se hubiera ganado; en unos años, diremos lo mismo: que hemos conseguido lo que el pueblo de Cataluña se ha propuesto porque persistimos, porque no nos resignamos».
Estas palabras han suscitado perplejidad e indignación entre numerosos colectivos, comenzando por los familiares y amigos de las propias víctimas de Hipercor, que abuchearon al President en el acto de homenaje que se celebraba aquella misma tarde en la Avenida Meridiana de Barcelona junto al monolito erigido en memoria de las víctimas de aquel sangriento atentado. Y, aunque el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo hizo callar a los indignados asistentes al acto, para que el President Puigdemont pudiese realizar su parlamento, éste por su parte no retiró ni matizó sus afirmaciones de por la mañana, sino que se limitó a afirmar que que las instituciones no habían estado a la altura en el reconocimiento a las víctimas.
Sin embargo, parece ser que en las palabras del President había un sentido oculto que la mayoría de la opinión pública no habría sabido captar, según informaciones de fuentes bien informadas que han llegado hasta la redacción de Charnego News. Porque, comparando la actitud del Gobierno de España con la organización terrorista ETA, y al desafío soberanista frente al Estado con la perseverancia de la sociedad española contra el terrorismo, lo que se estaría haciendo en realidad sería una implícita equiparación entre las organizaciones independentistas que dirigen el Procés, como la ANC u Òmnium Cultural, y la institución que protagonizó en mayor medida la lucha contra ETA, que no es otra que la Guardia Civil.
Aunque esta equiparación no se haría extensiva al conjunto de la Benemérita, que no es una institución especialmente apreciada por el mundo independentista, sino que se restringiría, más específicamente, al destacamento de guardias civiles que entraron el 23 F de 1981 en el Congreso de los Diputados a las órdenes del teniente coronel Tejero.
Efectivamente, este sentido secreto y oculto en las palabras de Puigdemont vendría ratificado por una conversación privada que se habría producido aquella misma mañana entre el President y su segundo de a bordo, Oriol Junqueras, en la cual el uno le habría dicho jocosamente al otro: “Como lo que vamos a hacer el próximo uno de octubre, con nuestra farsa de referéndum ilegal y amañado, es un golpe de estado como una casa, sólo nos faltaría ponernos un tricornio y un bigote de pega, y entrar en el Parlament con una pistola en la mano y gritando bien fuerte: ‘¡Al suelo todo el mundo!’”. Y tras decir esto, ambos rieron estruendosamente y comenzaron a darse palmadas en las rodillas, como si estuvieran a punto de caerse de la risa por el suelo.
Tras filtrarse estas últimas informaciones se rumorea que el hijo del difunto teniente coronel Tejero, que parece seguir fielmente los pasos de su padre, ha decidido solicitar su ingreso en el PDeCAT o en ERC, ya que en la CUP no lo admiten por no llevar flequillo yanomami ni rascarse y olerse los sobacos en público.